Es por ello que, esta semana, y fruto de mi gran actividad sexual, las mujeres
me buscan deseosas de formar parte en mi lista de logros sexuales.
Esta mañana me he encontrado con T, una mujer de 33 años, casada y madre de un
crio de unos 6 añitos. La conozco desde hace 3 años aunque tampoco es que
tengamos mucha confianza. La típica vecina (no del mismo edificio) con la que
intercambias cuatro palabras en el super. Hace unos meses se enteró de cual era
mi trabajo, y desde entonces mostró bastante interés hacia en mi, diciendo que
le encantaría dedicarse a esto, pidiéndome consejos, etc.... (escribo guiones
para tv, radio, publicidad, etc).
Ya le dije que era un mundo muy bonito, pero solo de fachada, una vez dentro,
te das cuenta que es un trabajo tan mierdoso y negrero como cualquier otro.
Pero ese no es el tema. Ella es muy pija, y bastante guapa, aunque la verdad
que se sabe vender muy bien gracias al maquillaje y a un buen vestuario.
Hoy hemos coincidido en el super, se ve que estaba haciendo la compra de todo
el mes e iba muy cargada por lo que me he ofrecido a ayudarla con las bolsas.
Ha dicho que si, aunque se la veia cortada por la situación. Hemos recorrido
los 200 metros que separan el "mercadona de turno" de su morada
intercambiando cuatro palabras sin importancia, mientras se me cortaba la
sangre en los dedos, debido al peso de las bolsas.
Cuando he llegado a su portal, he dejado las bolsas al suelo y procedía a
despedirme, pero me ha dicho:
-Ehmmmm, esto.... por que no subes un momentito, que quiero que leas unas cosas
que he escrito.....
- Ah bueno, como quieras.
Al decirme esto he supuesto que no estaba su marido, un hombre cuarentón, algo
bohemio y anclado en la época de la movida madrileña. Lo conozco y me cae mal.
Parece que todo le va mal y que va de perdonavidas por el mundo.Odio este tipo
de gente. Mientras subia por el ascensor pensaba en la posibilidad de follarme
a la mujer del barbitas y me he puesto bastante cachondo.
Hemos llegado a la casa, un ático algo antiguo pero muy coqueto y me ha
enseñado un poco la casa, lo típico en estos casos supongo, esto es tal esto es
lo otro. Es curioso este tipo de situaciones. Parece que te toman por tonto. Si
entras a un sitio con nevera y vitroceramica, no hace falta que te digan que es
la cocina. Yo, almenos, hasta ahí llego. Lo mejor de la casa, el baño, con un
jacuzzi de armas tomar. Se ve que alguien se acababa de dar un baño o algo
porque estaba semi-lleno. Me han dado ganas de ir corriendo y tirarme de bomba.
Una vez he conocido la casa y el gato (que no paraba de seguirme y me pegaba
cabezazos en la tibia cual Zidane), me ha llevado a una especie de despacho
donde hacia sus novelas y demás escritos. La verdad es que no soy ningún entendido
en literatura y ni mucho menos sé juzgar un texto bien escrito o mal escrito,
no soy escritor, de hecho escribo muy mal. Mi trabajo es otro y consiste en
crear historias que después me las revisan (esta no es una de ellas, es todo
real), pero bueno, me he hecho el entendido y mientras iba leyendo iba
haciendome el interesante con cuatro palabras que tengo escuchadas por la
productora. (esta trama engancha, hay que darle consistencia a este personaje,
etc).
La situación era la siguiente, yo estaba sentado en el despacho mirando el pc y
ella de pie apoyada en mi mesa. Con el reflejo del pc podía verla y adivinar el
buen tetamen que tenía. Además, se había puesto unas gafas de pasta para leer
también y me ponia más bruto. Desde que vi un video de lefadas a mujeres con
gafas, es ir por la calle y ver a una mujer con gafas y me imagino
lefandoselas. Soy un poco enfermito.
Al turrón, la novela me parecía una puta mierda, un quiero y no puedo, y una
mezcla de palabras imposibles y técnicas, mal conjuntadas con el resto y que no
ligaba ni con cola. Pero vamos, no estaba ahí para hundirla sino para animarla.
Activé mi versión falsa, y alabé su capacidad para
"arrejuntarletras". Me ofreció una cerveza, y aunque no suelo beber,
le dije que si para alargar un poco la conversación. Fuímos al sofa y
continuamos la charla, aunque esta vez iba encaminada más a temas personales, y
como no, me sacó el tema de su marido, y que las cosas no van bien ultimamente.
Ahi me faltó nada y menos para sacarle el manubrio y decirle: Ale golfilla, tu
ración de polla en almibar. Pero no, no lo hice y seguí escuchando las miserias
de la pobre mujer, pensando que sería una de tantos otros pagafantas que
tendría a su alrededor.
En estos casos, una de las mejores opciones es repetir las dos últimas palabras
que dicen y cara de interés (salió un la serie la que se avecina, por cierto
esa idea de guión la tuvo uno de mis mejores amigos, guionista de esa serie)
Ejemplo práctico:
- Si, la verdad que las cosas con L no van bien.
- No van bien (cara de interés y pena).
Asi quedaba bien y no tenía que comerme la cabeza pensando una respuesta.
Sinceramente, ya buscaba el momento de salir de ahi, no me aportaba nada y la
posibilidad de follar se reducía a cero.
Hasta que, y como en cualquier situación, siempre se abre una puerta, o aunque
sea, un pequeño ventanuco. Y eso ocurrió cuando tocó el tema del sexo,
argumentando que no estaba satisfecho, que su marido no la atendía, etc.... Ahí
ya no había duda, queria follar, queria follarme.
Y así ha sido. Podría contar todos los pormenores de la follada, una de las
mejores de mi vida, imagino que el morbo de la situación ha ayudado mucho, pero
no creo que os interese.
LA FOLLADA
Permitidme que os haga un inciso. Follar es, junto con Messi y las patatas
bravas, lo más sobrevalorado de la actualidad. No entiendo como hay personas
que pierden los papeles y la dignidad por un polvo.
Ahora si, al lio.
Como os contaba, me estaba explicando que pasaba por una mala racha sexual, sin
apenas sexo y del malo. Después y, entre risas, me ha dicho que necesitaba un
crio de 20 años para que le diera caña. Yo ahí, también entre risas, le he
soltado:
-Ups, llego 9 años tardes.
Y ha respondido, -bueno pero sigues siendo veinteañero y no estás nada mal.
-Eso es porque me ves con buenos ojos mujer.
Ahí por primera vez he tenido claro que quería follar y que estaba todo
masticadito. Le he preguntado por su marido y me ha dicho que estaba trabajando
pero que en una horita llegaría. A pesar de ser muy timido, una mirada nos ha
bastado para empezar a comernos la boca, con pasión, bueno más que esto, yo
diria que con violencia y agresividad.
(la verdad es que a pesar de era lo que buscaba, el ir tan a saco me ha cortado
un poco el rollo, estaba disfrutando mucho con el vacile y la palabra, mi
máximo don).
Llevaba un vestido azul eléctrico, más propio de salir que de ir al super una
mañana, pero a las pijas no hay por donde cogerlas. Hemos seguido besandonos
mientras hemos procedido a empezar a magrearnos. De igual manera que los besos,
los tocamientos han sido bruscos, hoy hemos dejado la delicadeza y el tacto
para otros.
Lo más fuerte es que la perra no llevaba bragas (el vestido no era corto) y
ninguna barrera me ha separado de meter 3 dedos por el coño mojado, joder como
lubricaba eso, parecian las cataratas de Iguazu en Enero. En ese momento, y
bajo la banda sonora del "chikchikchiki" propio de hacer un dedo se
ha subido el gato al sofa a inspeccionar el percal. Que hijo de putas que son
los felinos, se me ha quedado mirando fijamente y me ha cortado todo el rollo.
Hasta que ella, T, le ha empujado cual Marchena, y hemos podido continuar con
lo nuestro.
Era el momento de que ella bajara a investigar mi bragueta, que por suerte,
lucia calva como mi cabeza o cual bosque en agosto, ya que ayer podé el seto.
Pero eso hubiera dado igual. La muy puta estaba deseosa de rabo hasta tal punto
que creo que le daba igual que fuera el mio o el del gordo granudo. Menudas
succiones me hacía. Debo decir que estaba más pendiente de no perder el miembro
que de pasar gusto. Por lo que, enseguida que he podido, me he reincorporado
para penetrarla vilmente.
Joder hamijos, aún tengo grabada la imagen de ella a cuatro patas con el chocho
en mi cara, abierto y húmedo, esperando su ración de pepino golosón. Y dicho y
hecho, mi miembro ha entrado por la cueva cual cuchillo en mantequilla o mejor
aun, como Jesusito Navas por el flanco de Nervión. Como la seda. Que
deslizamiento. Un coño hecho a mi medida. Por y para mi disfrute.. Ufff que locura.
A los pocos minutos de bombear ya he notado como la corrida estaba al caer, y
ahí he pensado en la idea de pensar cosas desagradables para retrasar la
corrida, como el bigotillo de mi ex o cuando la pillé cagando un día, pero eso
tiene sus riesgos, y a veces te "semicorres", y esta, no era un dia
para medias tintas. Asi que desenfundé el mástil del plástico, y empecé a
descargar en su culo, cuando empezó a notar el semen se giró en busca del caldo
de sibaritas, y pude adivinar sus tetas y algo de su cara. Menuda corrida.
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