Apenas era un pipiolo de 20 años por entonces cuando en una de mis múltiples salidas por las discotecas de mi ciudad la conocí a ella. Lorena prácticamente me duplicaba la edad, y era realmente explosiva, aunque hay que decir que había pasado por el taller de chapa y pintura. A simple vista se notaba que tanto sus pechos como labios no eran naturales, pero con 20 años y las hormonas disparadas uno no atiende a razones con tal de meterla en caliente.
La misma noche de conocernos terminamos en un hotel, uno de esos donde hay botones que se encargan de todo y prácticamente me pusieron el preservativo. Por aquel entonces no trabajaba, bueno sí, hacía chapuzas los sábados, por lo que estaba canino, pero pagó ella y no precisamente poco ya que no nos privamos de nada.
Desde el primer momento ya pude ver cosas raras en ella, y es que durante el coito me incitaba a insultarla. Me pareció raro, pero en pleno calentón no me puse a analizarlo y accedí a sus peticiones. Al día siguiente...nos despertamos y vi que estaba pegada al teléfono. Hablaba con el marido. Me quedé incrédulo porque además le estaba relatando todo lo que había sucedido la noche anterior e incluso me hizo ponerme al teléfono mientras ella, por la bajini, me decía llamale Cornudo. No sabía si salir corriendo o llamarle cornudo. Hice la segunda opción. Y el marido me dijo que se lo chillara. CORNUDOOOOOOOOOOO! CABRÓN!!!!!!!!!!!! Estuve unos segundos de esta guisa mientras empecé a oir jadeos por parte de el. Se la estaba pelando. Todo eso me estaba empezando a superar. No entendía nada. El buen hombre me preguntó si podía venir al hotel para continuar la fiesta. AHí me negué, le dije que era un niñato de 20 años y que todo esto se me hacía muy grande.
Ya era casi mediodía y salí del hotel, nos despedimos y, gilipollas de mi, le dí mi teléfono, bueno el número porque mi Nokia 3310 era intocable. Lo quería más que a nadie. ¡Cuanto daño han hecho los smartphones! Me fui directamente a la piscina de mi pueblo (estaba a 35 km del hotel) en taxi y pagado por ella. Al llegar los hamijos me preguntaron como había acabado la noche, ya que vieron como me daba filete y nos íbamos de la discoteca. Les relaté todo lo vivido y se quedaron a cuadros. Se lo creyeron porque saben que no era ni fantasma ni mentiroso, pero flipaban y mucho.
Eran las 19 horas y aún estábamos en la piscina, y es que prácticamente pasábamos el día ahí metidos, porque además de hacer el servicio de piscina municipal también tenía restaurante y el único pub nocturno del pueblo. Suena el teléfono y era ella. Mis amigos estaban expectantes a lo que me decía e incluso acercaban la cabeza al teléfono para escuchar su voz. Me decía que se sentía sucia por lo que pasó la noche anterior. Le pedí disculpas por la parte que me tocaba y me interrumpió diciéndome....
-NO CARIÑO. ME ENCANTA. Soy una cerda y quiero sentirme más sucia. Mucho más. ¿Donde esta ahora?
- mmmmm.... en mi pueblo
-¿Qué harás esta noche?
-Estar con los amigos supongo
-Me encanta el plan. ¿Puedo venir?
- mmmm .... si acaso hablo con ellos y te llamo en un rato.
-Vale, pero dime cosas por favor. Quiero que me hagáis sentirme la más puta del pueblo.
Colgué el teléfono. Aún recuerdo la mezcla de risas y caras de desconcierto en mis amigos que, lógicamente pedían a gritos su visita a la villa. No lo veía claro, nada claro. Aún no había asimilado lo de la noche anterior como para volver a meterme en una movida que tenía visos de ser mucho más surrealista que la primera, pero animado por los amigos la llamé y le dije que sí. Le día la dirección de una casa de campo de un amigo nuestro que estaba a unos 2 km del pueblo y la citamos a las 12....
¡Qué subidón al colgar el teléfono! Nos pusimos todos de pie y a dar saltos al ritmo del LOLOLOLOLOLO pensando en lo que sería una de las noches más míticas de nuestra vida. Sobre las 9 fuimos hacia la casa de campo, recuerdo que no había coches suficientes (eramos 7) y dos tuvieron que venir con un vespino destartalado. ¡Que tiempos aquellos! Antes de esto, fuimos hasta el Super del pueblo de al lado a comprar provisiones para hacer una barbacoa y cenar en condiciones.
Cenita rápida y le dimos el play al PRO, no recuerdo la versión, creo que era el 6. Yo era el amo. Nadie me ganaba con mi selección italiana. Catenaccio a más no poder. 5 defensas y Vieri solo en punta, que cada vez que marcaba se llevaba las manos a las orejas como diciendo hablad ahora maricones. Yo hacía lo mismo que el cuando marcaba. Mis amigos se indignaban. Pero sabían que era el mejor.
11:40 suena mi teléfono. Era ella. Que salía de la ciudad y que le diera las indicaciones pertinentes para llegar hasta la caseta. Era bastante fácil el camino, no tenía perdida. Cuelgo el teléfono. Nervios, excitación y euforia. Hubo un momento que los 8 nos bajamos el pantalón/bañador/piratas y empezamos a saltar con el badajo al aire. Curiosa estampa a la par que lamentable.
Luces de coche.... ACCIÓN. Era ella. Un descapotable se acercaba hasta la barrera y fui a abrirle. Me besó y me preguntó si sería capaz de hacerle sentir sucia, muy sucia (cada vez que decía lo de sucia se paraba un segundo, me miraba a los ojos y me decia.... , muy sucia). Le dije que sí, aunque por dentro empezaba a estar acojonado. Entramos a la caseta y mis amigos estaban algo más tranquilos, la presencia de ella les intimaba bastante, y se comportaban como "personas normales", incluso seguían jugando a la play....
Lorena llevaba un vestido estrecho con motivos veraniegos que le resaltaban sus encantos, tanto su bonito pecho como su culo respingón. De cara era muy parecida a la actriz Sandra Bullock. Realmente parecida.
La invité a sentarse y le ofrecí algo para beber. Cerveza. La verdad es que esos primeros minutos estaban siendo bastante incómodos para mi, y es que se palpaba muchos nervios y tensión en la caseta, donde estaba pendiente de que Lorena estuviera a gusto y no era tarea fácil con 7 jovenes de pueblo. Sin embargo poco a poco empezó a integrarse, la verdad es que era una mujer que se adaptaba a las circunstancias y empezó a hablar con mis amigos que, aunque algo cortados, se fueron abriendo cada vez más a ella. Al rato se animó incluso a echar una partida al Pro contra mi, pero yo ahí no entiendo de amistades y se llevó una media docena de goles, algunos, por cierto, de muy bella factura y la mayoría de ellos firmados, como no podía ser de otra forma, por Cristian Vieri. Cada vez que marcaba un gol me pegaba un mordisco. Terminé algo herido.
Después del partido empezó a besarme y a susurrame cosas al oído, donde seguía con la misma cantinela: Quiero ser tu putita. Quiero que me humilles delante de tus amigos. Quiero ser la más sucia del pueblo. Yo le decía que no sabía que hacer, que estaba incomodo y ella me dijo que me dejara llevar. Dejó caer su vestido para que se le viera el escote y parte del pezón. Ni caso. Mis amigos seguían con lo suyo, excepto alguna que otra mirada furtiva. Se levantó, se terminó de quitar el vestido (se lo dejó a modo de cinturón) y dijo: ¿Os gustan mis tetitas, chicos? Yo no sabía donde ponerme, no sabía si dar el pistolezo de salida para una orgia o salir corriendo los 2.182 metros que me separaban de mi casa.
No contenta con ella, Lorena empezó a quitarse el vestido y el tanga (no llevaba sujetador), y.... ojito.... apartó la mesa donde teníamos los vasos, ceniceros, etc.... se puso a cuatro patas y empezó a ponerse las cosas sobre su espalda. Imaginad la escena. Era nuestra mesa. Incluso nos ponía los pies encima de su espalda. Solo se incorporaba para decirnos con cara de vicio: ¿Quién es vuestra putita?
A esas alturas de la película mis amigos ya habían perdido la vergüenza y empezaban a manosearla, tanto los pechos como sus genitales. Yo estaba un poco pasivo. Entre excitado y asombrado. Magín, el más lanzado del grupo, se bajó los pantalones, se puso un preservativo y la embistió por detrás. Juan y Lázaro discutían. Se ve que Juan le había dado al Start de la play y continuó sin previo aviso. Kike tocaba las tetas de Lorena. Parecía que eran las primeras que tocaba. Estaba embobado con un semblante muy feliz. Miguel se puso de pie rabo en mano buscando la boca de Lorena, que seguía en posición mesa y no había caído de que tenía a Miguel delante, que dudaba entre avisar o esperar. Yo salí a fumar un cigarrito en el porche, donde se veía todo el espectáculo. Necesitaba salir un momento para analizar con calma lo que sucedía.
Exhalando humo y alquitrán pude darme cuenta que estaba ante uno de los días más especiales de mi vida. Una de esas aventuras que no se olvidan. Lorena salió en mi busca, preguntó que me pasaba y si me molestaba lo que hacía. Le dije que no. Rápidamente me bajó el bañador y se puso en pompa. Ahora me tocaba a mi darle su ración de carne en barra. Y lo hice ante el aplauso y júbilo de los amiguetes, que permanecían en el salón sin perder detalle de lo que pasaba en el porche.
¿Hay piscina? dijo ella. Bueno.... más o menos, y es que era un "safareig" (no sé como se dice en castellano).... y en menos que canta un gallo estábamos dentro mientras continuábamos con el tema. Se acercó al oído y me dijo: ¿Puedo decirle que pase? ¿A Miguel? ¿Magín? No, no... a mi marido. ¿¿¿Ehhh???? ¿¿Donde está?? Fuera, esperando. Pero.... si has venido sola mujer. No, no.... se ha bajado a 100 metros de la casa y le he dicho que se esperara y que ya le llamaría.
Surrealismo en estado puro. Ahí me desentendí del tema y salí de la piscina. Ella detrás, desnuda y mojada (en doble sentido). Ella entró dentro y cogió el teléfono. Lo llamó y le dijo que fuera hacia la barrera que ella iria a abrir.
Entra el buen hombre. 50 años. Apariencia de hombre adinerado, feo y con voz muy rara. Magín desnudo y cascádonsela. Miguel más de lo mismo. Juan diciendo al hombre que se apartara de delante de la tele. Lázaro callado. El resto con cara de circunstancias.
¿Qué? ¿Nadie le va a dar polla a mi señora?
Magín se levanta y empitona a Lorena. Miguel quiere pero no puede. Está nervioso y a medio asta. El hombre se sienta, se baja los pantalones y asoma un pollón de dimensiones considerables. Se pajea. Todos excepto Magín y Miguel salimos fuera. Nos tiramos al agua y vemos la escena. Indescriptible. Magín follando con Lorena. Miguel cascándosela para empalmar y el marido sentado en el sofa diciendole a su mujer: ¡¡¡¡QUE PUTA ERES!!!! ¡¡¡¡¡CERDAAAAA!!!! Todo eso, chillando a más no poder. Incluso cogió un bastón del abuelo del colega de la casa para azotarla. Magín seguía a lo suyo. Miguel, ya en plenas condiciones, buscó un lugar en la orgía. Y lo consiguió. Menaige a trua. Lo primero que dijo Lorena al ver a Miguel fue: DAME POLLLAAAAAAAAAAAAAAA UUUURGGGHHHHHHHHHH. Tal cual. Y se la dió. Ya lo creó que se la dió.
Eran casi las 5 de la mañana y aún seguían ahí. Nosotros desde la piscina, cerveza en mano, seguíamos sin dar crédito a lo que estaba sucediendo. Era todo tan surrealista..... Después de la follada, el marido se quedó un rato charlando amistosamente con Magín y Miguel, mientras que Lorena vino a la piscina y continuamos la fiesta, aunque algo más light, tocamientos íntimos y demás. Lo curioso es que Magín, Miguel y el marido estaban desnudos en el salón (se veía desde la piscina), hasta que el marido empezó a encontrarse mal, y es que era alérgico a los gatos, y había media docena en la caseta. Empezó a toser y como a ahogarse, se levantó, vino a la piscina desnudo y le dijo a Lorena: Vamonos puta que me ahogo. Y salieron los dos corriendo de la caseta, desnudos.
Nunca más volví a saber de ellos, aunque parte de la culpa la tiene que tire por una alcantarilla esa tarjeta de móvil.








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