Estoy de baja

COMPARTE»»
Hace una semana fui a un sitio de estos relajantes, donde te hacen masajes y hay piscinas y demás mierdas. SPA le llaman. 59,90 € por hacer un circuito de mierda y sin una mísera pajilla. Ni por pena ni caridad cristiana aunque sea. 

Indignado y con la sensación de haber sido robado con diurnidad y alevosía me quedé en la piscina un par de horas molestando. Tirándome de bomba, salpicando adrede o cantando Backstreet Boys, a pesar de la cara de pocos amigos de mi señora y del responsable del antro, Jose Luís, un estirado. 

 Al final de la piscina había una cascada artificial de la que emanaba agua a chorrazo. Me relajé poniendo la chorla en remojo y sin escuchar nada debido al ruido ensordecedor de la zona. Tuve la idea de ladear la chorla para sentir el agua impactando fuertemente contra mi oreja hasta que se me insertó bruscamente un chorraco en el oído, dejándome sordo ipso facto. Salí de ahí desorientado, mareado, y sin oir nada de un oído, además que para compensar hice lo mismo con la otra furella, digo yo que por comodidad y por no oír raro. Pero el experimento no fue bien y me dejó con un 50 % de audición en la oreja derecha y un 50 % de dolor. 

 Ya en casa mi señora y la que dice que soy el padre de sus hijos, se puso pesada en que fuera al médico. Me negué. El médico solo está para cosas serias. Además teniendo Internet, Taringa y Yahoo Answers no hay nada que no se pueda solucionar desde casa. Un mexicano compartía que ante una situación parecida se había insertado un par de gotas de agua oxigenada. ¡Joder! Cuanto hacía que no escuchaba agua oxigenada. 

En mi casa solo tenía alcohol y yo, que soy precavido, pensé que eso sería demasiado fuerte por lo que decidí rebajarlo con agua, pero como el agua del grifo tiene cal pensé que podría dañarme más la oreja. Tiré de frigo y ahí solo había los putos tés de mi señora que ahora va de zen la hija de la gran puta y una lata de Mahou. Hice una mezcla de 33 cl de Mahou + 0,17 cl de alcohol y me lo introduje por el conducto auditivo con la esperanza que ese brebaje me limpiara y despejara. No penséis que es mucho, repartí 0,25 cl (aprox) para cada oreja. En ese momento sentí fuego en mi interior y, a regañadientes, fui a Urgencias, donde aún se rien a carcajadas con mi solución. Ahora estoy con antibiótico, gotas y demás mierdas con la esperanza de dejar la Trompa del Tito Eustaquio como los chorros del oro.


No es la primera vez que esquivo acudir al médico. Que como ya he dicho es de cobardes. Una noche, la víspera de San Juan, celebraba que había aprobado Educación Física, que era la que me importaba, el resto son marías que no sirven de nada. Ahora me gustaría encontrarme con todos esos profesores que me decían que nunca sería nada en la vida. Pues si, señores. A día de hoy soy el Jefe del Departamento de Visibilidad de uno de los aeropuertos más transitados de todo el mundo (limpio los cristales de la terminal de llegadas de Son Sant Joan). 

El tema es que esa noche, algo afectado por el alcohol, fui retado a que no tenía cojones a tirarme a la piscina. ¿qué no hay cojones?. El tema es que Luis, bueno sus padres, aún no habían llenado la piscina y tirarme de cabeza con las manos en la espalda, a pesar de que la parte más honda fuera de solo 1,80 m, no fue buena decisión. Yo pensaba que la cosa quedaría en un coscorrón y un susto. Me abrí la cabeza y, por no joder la fiesta, cogí una aguja y lana (de ese hilo gordote que utilizan las yayas para hacer jerseys demigrantes) y me cosí la chorla mientras me miraba por el retrovisor del R5 de Toño y Luis me alumbraba con un Zippo.

Resumen: La he liado parda y estaré un tiempo largo de baja. 

0 comentarios:

Publicar un comentario