Este sábado se celebra la tradicional cena de Navidad, y es que llega la cena de Nochebuena y miles de familias se reunirán para pasar este tan día especial para unos, mientras que otros lo toman con indiferencia o incluso asco.
El año pasado fui invitado a este convite en la familia de la que era mi pareja, una chica de Madrid aunque residía en mi ciudad, por lo que nos desplazamos hasta la Capital para pasar unos días con la que era mi familia política. Ella era y sigue siendo una chica muy pija, algo prepotente y clasista, pero en el fondo, no era mala niña, sin embargo y debido a su carácter nunca vi futuro en esa relación, simplemente me dejé llevar y no guardo un mal recuerdo tampoco. Una experiencia más. Físicamente era muy mona, de cara fina y rasgos acentuados, y curvas de vértigo. Y como no, un acento de pura marca castiza madrileña.
Una vez en Madrid y al conocer a mis suegros entendí por que ella era así. Ya lo dicen. De tal palo, tal astilla.Y mi novia, era un calco de su madre, aunque 25 años más joven. Me sentía totalmente deshubicado en ese palacete situado en el centro de Madrid, lleno de habitaciones y grandes salas, solo faltaba una línea regular de autobús para recorrer la gran cantidad de m2 que disponía aquello. Como mandan los canones en una familia tradicional y algo chapada a la antigua, fui a parar a una habitación solo, y es que, a ojos de la familia, era tan solo un amigo de la hija. ¿Qué amigo dejará a su familia para ir a pasar las Navidades con una amiga? A juzgar por las miradas desafiantes del padre, seguro que imaginaban que estaba poniendo fina filipina a la hija, pero era mejor imaginar que tan solo eramos amigos.
Me tomé al pie de la letra lo de que "tan solo" eramos amigos y esa noche (del 23 al 24) salí solo por Madrid, con la idea de quemar los madriles. Y vaya si lo hice. Recorrí decenas de pubs y garitos, bebí hasta el agua de los floreros, y finalmente terminé en una especie de fiesta rave con unos punkis de Vallecas y pintando rayas de coca sobre un espejo roto. La esencia de Madrid. Solo faltaba un detalle. El bocata de calamares. Y consumé. Esta vez en un bar de ejecutivos que me miraban con cara extraña. Y es que ya eran las 11 de la mañana y el ciudadano de a pie laboraba con la mente puesta en Nochebuena. ¡Qué jodidamente mal que me sentó ese bocadillo! La primera vomitona la eché en el baño de ese bar. No sería más que la primera de una de tantas. No sé ni como, llegué de nuevo a "mi casa", situada en el Barrio de Salamanca, con la cara desencajada. Mal día elegí. Y es que al llegar me recibió la familia al completo y en comitiva como el "amigo especial" de la hija.
Mi cara, totalmente desencajada fruto de una noche de exceso, cambió totalmente de parecer al tener delante a mis suegros, y a los tios, abuelos y primos de mi chica. Que por ahí andaba con una mirada que prometía una futura discusión. Salí del paso airoso alegando un malestar general fruto del viaje del día anterior y rápidamente pude pillar cama. Recuerdo los chillidos de mi chica por mi comportamiento en mi primera noche en los madriles, mientras apenas balbuceaba: Yo solo quería quemar Madriiii..zzzzzzzzzzzzz.
Me levanté a las 7 de la tarde, estaba algo confuso y mareado, pero tocaba engalanarse para la cena de gala donde y a pesar de la hora, ya estaba todo más que preparado. Menudo despliegue de comida cara. La de hamburguesas de 1 leuro que hubiera podido canjear por esos manjares. Sin hablar de la bebida, vinos y champagnes que podrían valer más que mi sueldo. La familia al completo en el salón de la casa rodeando la mesa y de fondo oía todo tipo de conversaciones que realmente me aportaban una puta mierda. Me limitaba a responder con buenas caras y monosílabos los encuentros que tenía con los familiares. ¿Y que por Mallorca? ¿Mucho calor? Estos de la capital se ve que no han pasado un invierno en Mallorca, y es que por la humedad hace un frío que te mueres. ¿O qué os pensáis que vamos en manga corta en Diciembre?
La noche prometía ser un estiércol, y es que con mi chica de morros y su familia, una espécie de los Alcántara en versión adinerada, tan solo tenía ganas de pasar el mal trago lo más rápidamente posible. Hasta que apareció Vanessa, la oveja negra de la familia. Prima carnal de mi chica que parece que no acepta el papel de rica y viste cual cani poligonera. No me gustan especialmente las mujeres de este movimiento social, sin embargo en ese momento y debido a su físico espectacular me atrajo, y mucho. Menuda carita de lamesables se gastaba Vanessita. En unos segundos me la imaginé poniéndola a Cuenca, hasta que volví al mundo real y le dí dos besos típicos en una presentación.
Desde ese momento no dejamos de cruzar miradas, imagino que se sentiría identificada con mi incomodidad sobre la situación y echábamos alguna que otra sonrisa cómplice al escuchar las pantominas que soltaba la family, mención especial para el abuelo, que parecía sacado de los años 60, y cada palabra que escupía denotaba arrogancia y prepotencia. Ese hombre, en el bar de mi barrio dura dos minutos. Menuda mala leche gastan los yayos de mi zona.
Que si caviar, que si langosta y demás.... mi estómago iba a explotar y tuve que ir al baño a soltar una vomitona (la décima del día). Mientras estaba evacuando, tocaron la puerta del baño, era Vanessa, me preguntó si estaba bien, le dije que sí, que salía en un segundo pero insistió a entrar. Abrí la puerta con cierta sorpresa....
-¿Qué? ¿Resaca?
-Si.... anoche me pasé de la raya.
-Si es que hay que ir con cuidado... que pasa lo que pasa....
(en ese momento saca del bolso una papelina y se pinta una raya de coca en el lavabo)
-¿Te molesta?
-No mujer.... tu haz... pero a ver si va a venir alguien y te pillan de marras...
-Que va, si ni se dan cuenta.... ¿Te pinto una?
-Si, y larga por favor.
SNIFFFFFFFFFFFFFFFFF / SNIFFFFFFFFFFFFFFFFF
A partir de ahi, la noche cambió radicalmente, y si mientras el alcohol iba haciendo mella en el estado de los comensales, tanto Vanessita como yo llevábamos el punto ese que te deja la droga. 2 de la mañana y suena Paulina Rubio, canción "Y yo sigo aqui", lamentable, y más al ver a la familia al completo bailando la canción. Ver al yayo calatrava mover la cintura era demasiado para mi. Mirada a Vanessa. Nos entendimos. Primero fue ella al baño. A los dos minutos yo. Ya tenía preparada mi autopista directa a las fosas nasales. Bruuuuuffffff. Esta vez nos quedamos un rato en el baño, hasta que pasó lo inevitable. Nos liamos de forma salvaje. Morbo de ser pillados, excitación o colocón. En dos minutos estabamos completamente desnudos mientras ella se iba agachando en busca del mástil de la felicidad, que lucía erecto a la espera de que los labios de la poligonera succionaran el glande. En mi estado, apenas fueron suficientes un par de lametones para eyacular.... sin embargo y en ese momento entró sin previo aviso el abuelo al baño, que no podía dar crédito a lo que estaba sucediendo. Su nieta, con la boca llena de esperma que le acababa de derramar el "novio" de su otra nieta. Hizo el amago de endiñarme un directo pero pude esquivarlo y salir del baño con los calzoncillos en la mano, recorriendo toda la casa con el pene morcillon. Buscaba salir de esa casa como un oasis en el desierto. Pero para ello, debía cruzar el salón. Y lo hice, en gallumbos y tirando todo lo que se me puso por delante ante la atónita mirada de mi familia política, en especial de mi novia.
Pero salí. Y a las 2 de la mañana me ví solo, el día de nochebuena en pleno barrio Salamanca de Madrid con la única compañía de mis viejos CK de los chinos.
Me levanté a las 7 de la tarde, estaba algo confuso y mareado, pero tocaba engalanarse para la cena de gala donde y a pesar de la hora, ya estaba todo más que preparado. Menudo despliegue de comida cara. La de hamburguesas de 1 leuro que hubiera podido canjear por esos manjares. Sin hablar de la bebida, vinos y champagnes que podrían valer más que mi sueldo. La familia al completo en el salón de la casa rodeando la mesa y de fondo oía todo tipo de conversaciones que realmente me aportaban una puta mierda. Me limitaba a responder con buenas caras y monosílabos los encuentros que tenía con los familiares. ¿Y que por Mallorca? ¿Mucho calor? Estos de la capital se ve que no han pasado un invierno en Mallorca, y es que por la humedad hace un frío que te mueres. ¿O qué os pensáis que vamos en manga corta en Diciembre?
La noche prometía ser un estiércol, y es que con mi chica de morros y su familia, una espécie de los Alcántara en versión adinerada, tan solo tenía ganas de pasar el mal trago lo más rápidamente posible. Hasta que apareció Vanessa, la oveja negra de la familia. Prima carnal de mi chica que parece que no acepta el papel de rica y viste cual cani poligonera. No me gustan especialmente las mujeres de este movimiento social, sin embargo en ese momento y debido a su físico espectacular me atrajo, y mucho. Menuda carita de lamesables se gastaba Vanessita. En unos segundos me la imaginé poniéndola a Cuenca, hasta que volví al mundo real y le dí dos besos típicos en una presentación.
Desde ese momento no dejamos de cruzar miradas, imagino que se sentiría identificada con mi incomodidad sobre la situación y echábamos alguna que otra sonrisa cómplice al escuchar las pantominas que soltaba la family, mención especial para el abuelo, que parecía sacado de los años 60, y cada palabra que escupía denotaba arrogancia y prepotencia. Ese hombre, en el bar de mi barrio dura dos minutos. Menuda mala leche gastan los yayos de mi zona.
Que si caviar, que si langosta y demás.... mi estómago iba a explotar y tuve que ir al baño a soltar una vomitona (la décima del día). Mientras estaba evacuando, tocaron la puerta del baño, era Vanessa, me preguntó si estaba bien, le dije que sí, que salía en un segundo pero insistió a entrar. Abrí la puerta con cierta sorpresa....
-¿Qué? ¿Resaca?
-Si.... anoche me pasé de la raya.
-Si es que hay que ir con cuidado... que pasa lo que pasa....
(en ese momento saca del bolso una papelina y se pinta una raya de coca en el lavabo)
-¿Te molesta?
-No mujer.... tu haz... pero a ver si va a venir alguien y te pillan de marras...
-Que va, si ni se dan cuenta.... ¿Te pinto una?
-Si, y larga por favor.
SNIFFFFFFFFFFFFFFFFF / SNIFFFFFFFFFFFFFFFFF
A partir de ahi, la noche cambió radicalmente, y si mientras el alcohol iba haciendo mella en el estado de los comensales, tanto Vanessita como yo llevábamos el punto ese que te deja la droga. 2 de la mañana y suena Paulina Rubio, canción "Y yo sigo aqui", lamentable, y más al ver a la familia al completo bailando la canción. Ver al yayo calatrava mover la cintura era demasiado para mi. Mirada a Vanessa. Nos entendimos. Primero fue ella al baño. A los dos minutos yo. Ya tenía preparada mi autopista directa a las fosas nasales. Bruuuuuffffff. Esta vez nos quedamos un rato en el baño, hasta que pasó lo inevitable. Nos liamos de forma salvaje. Morbo de ser pillados, excitación o colocón. En dos minutos estabamos completamente desnudos mientras ella se iba agachando en busca del mástil de la felicidad, que lucía erecto a la espera de que los labios de la poligonera succionaran el glande. En mi estado, apenas fueron suficientes un par de lametones para eyacular.... sin embargo y en ese momento entró sin previo aviso el abuelo al baño, que no podía dar crédito a lo que estaba sucediendo. Su nieta, con la boca llena de esperma que le acababa de derramar el "novio" de su otra nieta. Hizo el amago de endiñarme un directo pero pude esquivarlo y salir del baño con los calzoncillos en la mano, recorriendo toda la casa con el pene morcillon. Buscaba salir de esa casa como un oasis en el desierto. Pero para ello, debía cruzar el salón. Y lo hice, en gallumbos y tirando todo lo que se me puso por delante ante la atónita mirada de mi familia política, en especial de mi novia.
Pero salí. Y a las 2 de la mañana me ví solo, el día de nochebuena en pleno barrio Salamanca de Madrid con la única compañía de mis viejos CK de los chinos.
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